lunes, 2 de junio de 2014

Diputados Rusos: "Tratemos a los Productores de OGM Dañinos como a Terroristas"


"Tratemos a los productores de OGM dañinos como a terroristas"

© REUTERS Thierry Roge

Un proyecto de ley presentado en el Parlamento ruso contempla la introducción de condenas, incluidas duras penas de cárcel, para los productores de organismos genéticamente modificados (OGM) perjudiciales para la salud o el medioambiente.


En este sentido, un proyecto de ley fue presentado al Parlamento Estatal por la comisión agraria Duma y la facción del Partido Liberal Democrático (LDPR) en MOSCÚ el 15 de mayo.

El documento presentado en la Duma Estatal busca modificar la ley de regulación de los OGM en Rusia, y prevé la introducción de medidas disciplinarias contra personas y empresas que producen o distribuyen productos biotecnológicos nocivos, así como contra funcionarios que no controlen adecuadamente ese proceso. 

Según las nuevas medidas, se propone iniciar un proceso penal contra las empresas dedicadas al suministro a Rusia de OGM no seguros. Los impulsores del proyecto de ley dicen que el castigo por esas acciones debe ser comparable a las penas asignadas a los delitos de terrorismo, ya que los perpetradores actúan con conocimiento y causan daño a muchas personas. 


“Cuando se comete un acto terrorista, varias personas resultan heridas. Pero los productos OGM pueden causar daños a decenas y centenares de personas. Las consecuencias son mucho peores, por lo que el castigo debe ser proporcional al delito”, dijo a RT el coautor de la legislación, Kiril Cherkásov, miembro del Comité de Agricultura de la Duma Estatal.

De acuerdo con el proyecto de ley, los delitos menos graves relacionados con los OGM deben sancionarse con multas. 

Así lo informa el periódico ruso Izvestia en su edición del jueves. 


Se quiere penalizar la desinformación. El proyecto de ley también establece multas por ocultar o distorsionar deliberadamente la información sobre los impactos ambientales de los transgénicos. 

Rusia dio luz verde a la importación de OGM y la siembra de semillas genéticamente modificadas en el marco de su adhesión a la Organización Mundial del Comercio, pero las autoridades rusas se mantienen escépticas sobre este tipo de productos y siguen oponiéndose a la importación de alimentos transgénicos, diciendo que el país tiene suficientes tierras de cultivo como para producir alimentos no modificados.